Ser emprendedor es más que una moda, es una nueva actitud frente al trabajo. Cada vez son más y más las personas que se cansan de enriquecer a sus jefes y deciden comenzar su propio negocio.
Está muy padre tomar la iniciativa para crear algo propio, el problema está cuando no se tiene claro lo que se quiere ni a dónde va a llegar, cuando se comienza un negocio porque el amigo de un amigo aseguró que con eso se llenan los bolsillos de dinero; el problema es cuando se es un… —música dramática, por favor— emprendedor wannabe.
Por el otro lado, están los emprendedores de a de veras, los que encuentran el punto medio entre lo que quieren hacer y cómo esto puede ayudar a sus clientes. Los que aman lo que hacen, están dispuestos a trabajar duro para conseguirlo y saben que aunque no será fácil, vale la pena intentarlo. Los que superan sus miedos y se enriquecen de ellos para salir adelante y tener éxito con sus proyectos.
Incluso, grandes emprendedores como Sam Ovens temían al fracaso: “Enfrentar el rechazo me daba terror cuando arranqué mi primer negocio […] Forzarme a hablar con extraños acerca de mi negocio y entender que el rechazo no era personal fue, probablemente, el paso más crítico en mi camino al éxito”.
Sí, no es un camino fácil, por eso ideamos 5 pasos para pasar de ser un emprendedor wannabe a uno real:
1. Construye tu marca personal
Es una herramienta básica y fundamental para cualquier emprendedor, pues no sólo le dará un nivel más alto de credibilidad a tu empresa, también te permitirá alcanzar más clientes potenciales todos los días. Aprovecha todas las oportunidades que tengas para construir tu marca, tanto personal como empresarial. Incluso puedes empezar con tu familia, amigos, vecinos; te sorprenderá cómo en tu círculo más cercano puedes encontrar gran cantidad de clientes potenciales.
2. El aprendizaje nunca termina
Sentimos decepcionarte, pero por más experto en el tema que seas, y así tengas maestrías y doctorados, aún te faltará mucho por aprender. A lo mejor no vas a regresar a la escuela, pero tienes que estar en constante actualización, no sólo de tu nicho sino en administración, marketing, finanzas, ventas, estrategia, etc.
3. Visualiza
No tengas miedo de imaginar y soñar en grande, quizá parezca un poco inalcanzable al principio, pero con el tiempo podrás lograrlo. La clave está en tenerlo presente todo el tiempo. Visualiza cómo quieres verte en unos años y llénate de cosas que te lo recuerden constantemente. Sobre todo deja atrás las ideas negativas y verás cómo actúa la ley de atracción para ayudarte a lograr tus propósitos.
4. No importa el tamaño, pero sí la formalidad
Este es un consejo de Gonzalo Alonso, CEO de la empresa de consultoría ClowderTank y exdirector de Google Latinoamérica. No importa si tu empresa es pequeña, mediana o grande, la formalidad es indispensable. No nos referimos a que tú y tus empleados tengan que vestirse de esmoquin todos los días, sino a la formalidad que representa tu empresa. Pequeños detalles pueden aportar mucha credibilidad a tu negocio. Cumplir con los tiempos de entrega y presupuestos acordados, una buena atención al cliente, entregar productos de calidad, tener una organización empresarial y personal, y sobre todo tener en orden los asuntos legales y fiscales, son sólo algunos ejemplos de lo que significa la formalidad.
5. Enfócate en tu ventaja competitiva
Es otra cosa que caracteriza a los empresarios wannabe, estos ven una idea de negocio y comienzan a hacer exactamente lo mismo que la competencia. ¡Error! Como emprendedor, debes tener bien claro qué es lo que te va a diferenciar de los demás. La ventaja competitiva es eso que te va a hacer sobresalir de los demás, ese plus que le das a tus clientes para que te prefieran en lugar de otra marca.
¡Sigue acumulando logros, emprendedor!